Diecisiete kilómetros a través de altas montañas, con frío, nieve, cansancio, y con un objetivo: la libertad. La línea de frontera con Francia que discurre por el municipio del Alt Àneu (Pallars Sobirà) fue un camino de fuga durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1936 y 1944: el Paso de los Pirineos, camino de la Libertad.
Durante estos años, miles de refugiados se arriesgaron a cruzar los Pirineos huyendo de la barbarie nazi. Se establecieron varios caminos o recorridos de fuga y uno de esos era el que unía los departamentos franceses de Ariège y la Alta Garona con Cataluña, entrando en el principado por el Pallars Sobirà y llegando a la población de Sort. Los refugiados cruzaban el Pirineo a través de los puertos de Salau, Aulà y Pala de Clavera. En este lugar, el Memorial Democrático de la Generalitat y el Parque Natural del Alto Pirineo han señalizado dos de estos itinerarios.
El Museo Camí de la Llibertat, en la antigua prisión de Sort, pretende dar a conocer lo que fueron las evasiones y rendir homenaje a todos aquellos que las protagonizaron.
Según informaciones del Memorial Democrático, como muestra de la importancia que llegó a tener el paso fronterizo cabe mencionar las cifras obtenidas sobre el número de detenidos en la comarca del Pallars Sobirà, 2.790 personas, entre 1942 y 1944, de varias nacionalidades (polacos, franceses, canadienses, holandeses, ingleses, norteamericanos …), la mayoría de los cuales fueron trasladados a Sort y alojados en la cárcel o en fondas u hoteles de la población. Ahora bien, hay que considerar que el número total de personas que cruzaron la frontera fue infinitamente superior, ya que muchas consiguieron llegar a su destino. Algunos estudios cifran en 40.000 el número de personas que cruzaron la frontera en dirección a España, siendo los 3 principales puntos de entrada al Pallars Sobirà por Alòs d’Isil (puerto de Aulà y Salau, senderos actualmente transitables y señalizados), Tavascan y Àreu.